Crocheteando
Siempre me ha maravillado la habilidad de algunas personas para crear a partir de elementos sencillos cosas preciosas. El crochet tiene ese poder, con aguja e hilo puedes desarrollar toda tu creatividad.
Esta es una instalación de Ruth Peche en Valdelarte. La obra se llama Mutaciones Plásticas. Tomé la foto hace un año, en la visita con los estudiantes de Taller 1.
Esta versatilidad que tiene el crochet llevó a la matemática Daina Taimina, profesora en la Universidad de Cornell, a tejer en 1997 un espacio hiperbólico para explicar a sus estudiantes que en esta superficie no se cumplía el quinto postulado de Euclides.
Tejer este espacio hiperbólico es muy sencillo. Por ejemplo, si partes de una cadeneta de 20 puntos como ves en la figura, solo es cuestión de en cada vuelta ir haciendo siempre la misma cantidad de aumentos. En el ejemplo, los aumentos están hechos cada 3 puntos, de esta forma si en la primera vuelta tienes 20 puntos, en tan solo 12 vueltas ya tendrás 218 puntos.
La razón de crecimiento en puntos de una vuelta a la siguiente es aproximadamente de 1,25.
El resultado en pocas vueltas te sorprenderá, sobre todo si usas hilos de varios colores. Y cuanto más "malo" sea el hilo mejor te quedará.
El que dejo en la imagen no es estiloso, está solo pensado para que se vea como por un punto pueden pasar varias geodésicas ( "rectas sobre esa superficie") que no cortan a una "recta" dada. Algo que el plano euclídeo sabemos que no ocurre: dada una recta r y un punto P, solo podemos trazar una recta pasando por P que no corte a r.
Recuerda que las rectas son las geodésicas del plano, es decir, las curvas que nos proporcionan dentro de la superficie los caminos más cortos.
Otro día tejeré otra figura con más colores, la verdad es que al ser un patrón tan repetitivo termina por aburrir. Puedes probar a tejer en redondo, a realizar aumentos cada más o menos puntos, el truco es que siempre sigas el mismo esquema desde la segunda vuelta hasta el final.
Aquí dejo unos de mis primeros amigurumis nadando en un fondo hiperbólico. Claro que se queda en nada si lo comparamos con el proyecto de arrecife de corales de Margaret Wertheim, pero por algo hay que empezar.
